1 ago 2010

Me quemo.




El remordimiento no me deja pensar y siento que me quemo. Pero no importa, es lo que tiene el tiempo...que todo se olvida. Aún así, me quemo. Quiero volver atrás el tiempo y hacer lo correcto, o incluso, no hacer nada. Quiero echar hacia atrás las horas y recomponer mis mejillas, rotas y rojas por este sentimiento. Juro no repetir, juro no sentir, juro no caer a sus pies,pero es que no puedo. Me afecta a mí y sólo a mí pero me centro en el instante en que cometí el acto. Resucito el recuerdo de entre los ficheros de mi memoria y el calor azota mi cara, por momentos siento pena y me avergüenzo. Pero el tiempo pasa y no se detiene, ni juega a mi favor. Sigue insondable, y a mí me hace falta un control remoto que me ayude a administrarlo, pero es que no lo tengo. Simplemente hago de una montaña un grano y viceversa, y me cuestiono si es cierto que el hecho tiene importancia o no la tiene...da igual. Lo hecho, hecho está. Entonces me giro a la ventana y miro el cielo.

Todavía me quemo.

2 comentarios:

  1. tenes razon, muchas veces hacemos de un grano una montaña de arena...mas bien se sentimientos, verguenza,remordimiento entre otras cosas.

    cariños nena.

    ResponderEliminar
  2. Equivocarse tiene un precio...orgullo herido y vergüenza,...y hay veces que pesan más que el aceptar que no somos perfectos, y quema. Aún así,de esas montañas hay que sacarle todo el aprendizaje que se pueda.

    Baiser


    y recuerda, en boca cerrada no entran moscas.

    ResponderEliminar